Para concluir este año tan particular, hemos pensado en pedirle a la Prof. Helena Soleto, de la Universidad Carlos III de Madrid, un balance de los dos proyectos europeos que coordina: FAIRCOM y RETREAT.
El principal pilar de estos proyectos gira en torno a las mujeres víctimas de violencia sexual en los países que forman parte de la Unión Europea. Asimismo, debido a los cierres nacionales de este año producidos por el COVID-19, ha habido un aumento en el número de denuncias de violencia de género.
- ¿Cómo ha contribuido el proyecto RETREAT a mejorar las condiciones de las mujeres en los últimos meses? ¿Cuáles han sido las acciones llevadas a cabo por los socios en este sentido?
Desde el proyecto RE-TREAT se han establecido interesantes contactos y se han fortalecido otros ya existentes, para lograr un aprendizaje colectivo en esta cuestión. Se ha observado una importante curiosidad por parte de muchas personas entrevistadas en conocer las respuestas de otros grupos profesionales, conocer lo que se ha destacado en su propia profesión, así como posibles carencias, y gran interés en trasladar propuestas de mejora. Consideramos que favorecer estos encuentros multidisciplinares de “sabiduría colectiva” es clave para mejorar la situación de las víctimas de delitos sexuales.
Asimismo, en el año 2020, hemos desarrollado diversas actividades y acciones en el marco del proyecto RE-TREAT, como, por ejemplo:
- Investigación sobre el tratamiento que reciben las víctimas de violencia sexual en 3 Estados Mediterráneos (Grecia, Italia y España). Para ello, hemos realizado entrevistas a grupos de profesionales especializados en el tratamiento de víctimas de violencia sexual en Italia, Grecia y España. Además, en estos países, se ha realizado un importante análisis jurisprudencial de las sentencias dictadas por parte de los Tribunales Supremos, así como tribunales menores, permitiendo identificar cómo la víctima es utilizada como fuente y objeto de prueba, qué tipo de prueba es admitida, y cuál no, el efecto del testimonio dado por la víctima, entre otras cuestiones.
Asimismo, se han realizado entrevistas a víctimas de delitos sexuales a fin de conocer sus percepciones y experiencias a lo largo del proceso penal, así como conocer el tratamiento que han recibido por parte del sistema de justicia.
Todo ello, ha permitido obtener datos relevantes sobre la temática objeto de investigación que han sido plasmados en 3 informes nacionales que ya han sido entregados a la Comisión Europea y que verán la luz en el año 2021.
- Colección y búsqueda de buenas prácticas existentes en el tratamiento que reciben las víctimas de delitos sexuales a lo largo del proceso penal. Esta recopilación nos permitirá elaborar un Código de Conducta para los profesionales y/u operadores jurídicos que traten con este tipo de víctimas.
- Asimismo, a lo largo del año 2020, diversas actividades de comunicación y diseminación han tenido lugar en ambos proyectos. A modo de ejemplo, dos boletines de noticias y un comunicado de prensa sobre la situación y avance del proyecto han sido publicados. Además, interesantes publicaciones sobre diversas temáticas relacionadas con el tratamiento que reciben las víctimas de violencia sexual por parte del sistema de justicia han tenido lugar tanto en nuestras redes sociales como en nuestra página web.
- Por último, estas acciones y actividades han sido organizadas y planificadas por el equipo de investigación de RE-TREAT y FAIRCOM a través de reuniones mensuales en las que se debatían estos asuntos.
- ¿Qué dificultades, si es que las hay, ha encontrado en estos primeros meses desde el lanzamiento del proyecto? ¿Cómo te las arreglaste para resolverlos?
Los mayores obstáculos se han dado en la reducción de movimiento por la crisis sanitaria, y también por el alto nivel de trabajo de profesionales claves en la atención a las víctimas de delitos sexuales. Esta alta carga de trabajo se ha debido no solamente a la afectación de la crisis actual al personal sanitario, que tiene un papel clave en la atención a las víctimas de delitos sexuales, sino también a la dificultad que ha supuesto la adaptación de la atención a víctimas desde diferentes sectores profesionales, así como por la acumulación de casos que han ido denunciándose. Esto ha dificultado la realización de actividades y encuentros que estaban planificados para estos meses, y ha dificultado igualmente algunas de las entrevistas recogidas en los informes nacionales. Pese a ello, el compromiso que tienen las personas que han participado en este proyecto ha permitido seguir adelante con medidas de flexibilización tanto en los horarios como en los medios para llevar a cabo tanto labores de investigación como las entrevistas.
- ¿Cuál es su deseo para el próximo año para los dos proyectos?
Esperemos que la situación sanitaria pueda mejorar para no relegar a un segundo plano esta emergencia que estamos viviendo también en violencia de género. Asimismo, es de sobra conocido que, tanto para mujeres adultas como para víctimas menores de edad, la restricción de contacto social puede favorecer que se prolonguen situaciones de violencia. A su vez, la importancia de la atención a las víctimas desde diferentes ámbitos profesionales resulta especialmente compleja en una situación como la actual.
Estamos satisfechas con los avances que se han realizado hasta ahora en ambos proyectos, encontrando interesantes resultados en las investigaciones de los diferentes socios y muy especialmente a la hora de poner estos resultados en común. Esperamos poder seguir trabajando como hasta ahora, incorporando a nuestras investigaciones también las conclusiones que extraigamos de las actividades previstas para los próximos meses.
Finalmente, esperamos en esta línea poder aportar un cambio significativo en la comprensión de este tipo de delitos (desde la especialización y la perspectiva de género), incorporando de manera más clara los intereses de las víctimas en todas las fases del proceso (tanto pre-procesales como post-procesales) y desde estos poder obtener cambios significativos también respecto a la compensación de las víctimas de delitos sexuales, reconociendo las carencias de cada Estado al respecto y nutriéndonos de las buenas prácticas detectadas.